domingo, 6 de septiembre de 2009

VISIONES DEL MEDIO AMBIENTE EN LA ECONOMÍA


El triunfo del capitalismo se convirtió en el arma que dispara progreso. Aquel progreso ciego, sinónimo de bienestar económico y riqueza. Aquel progreso que solo se limitó a ver lo evidente, no lo trascendente.


¿Y qué es lo que se le olvidó? Muchas de las facetas que nuestra economía ignora tienen que ver con la destrucción acelerada del medio ambiente. A pesar de que varios microeconomistas se han encargado de estudiar lo olvidado en contextos específicos, nadie los ha integrado en el marco teórico general. “No hay conexión alguna entre la macroeconomía y el medio ambiente” afirmó Herman Daly, economista del Banco Mundial y uno de los principales estudiosos del tema.


Esta forma de hacer economía no acoge el valor integral de la mayor parte del complejo proceso económico. Considerando, por ejemplo, el parámetro básico de rendimiento económico de un país, el producto nacional bruto (PNB). Al calcular el PNB, se toma en cuenta la depreciación de fábricas, edificios, maquinarias, vehículos, etc. ¿por qué de la misma manera no se toma en cuenta la depreciación de los recursos naturales mientras se consumen?


Sin duda, es algo que nos podría parecer absurdo. Pero, cuando el Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional, los bancos de desarrollo regional y las autoridades crediticias nacionales deciden los créditos y la ayuda monetaria que se otorga a los distintos países, se basan principalmente en las posibilidades que tienen dichos países de mejorar su rendimiento económico, tomando como indicador fundamental el PNB. Por consecuencia, el PNB incluye también el consumo masivo del medio ambiente.


La definición del PNB y otros parámetros clave del rendimiento económico son revisados por la comunidad internacional, bajo la conducción de la ONU, cada veinte años. ¿Y dónde queda la versatilidad del ser humano ante los cambios constantes del entorno?.... habrá que esperar veinte años más. Ahí se encuentra la primera respuesta a nuestra incapacidad de incorporar, en términos económicos, conceptos como la pérdida de recursos naturales.


Y es que aquel argumento de que los recursos naturales son “gratuitos e ilimitados”, se debe en parte, a que el sistema de evaluación de los ingresos nacionales fue establecido por John Maynard Keynes en plena era colonial, cuando parecía que el abastecimiento de los recursos naturales era ilimitado. Era de esperarse que el tiempo cambiara la manera de ver las cosas, era de esperarse que ese cambio se vea reflejado en la idiosincrasia de la economía…. Era de esperarse.


Gracias a aquel argumento, caduco ya, los mecanismos de explotación desmedida y abusiva han cobrado impulso, dejando sin herencia a la humanidad del mañana. Ojala no sea tan tarde para empezar a reaccionar.

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